Ya está. Una carrera más. Todas son especiales, pero la de Pamplona es única por ser mi ciudad, fue la primera media maratón que corrí en mi vida, la corro con amigos, veo a conocidos y el ambiente es de felicidad doméstica. Puedes salir de casa de corto y volver para comer, la gente que te quiere puede ir a verte a la hora del vermú y puedes ducharte en casa.

A las 8 de la mañana sonó el despertador y sin meter mucho ruido desayuné lo recomendado y mil veces ensayado: pan, fiambre, yogurt, infusión y plátano.

Cogí gorra y chubasquero porque llovía, cogí un gel y un Isostar para el camino. Embadurnadito de vaselina bajé a la calle a esperar a mi amigo Carlos.

Para Carlos este año era una carrera muy especial, en su día escribí aquí sobre ello y no le voy a dar más vueltas, un año después todo parece distinto. Mientras le esperaba pude ver que llovía y que la temperatura era buena, 15º, parecía que el sol quería salir. Fuimos en el coche diciendo una cuantas tonterías y conseguimos aparcar cerca de la salida y en el recorrido. Tras un rato de deliberación sobre el “¿qué me pongo?” y viendo que seguía lloviendo decidimos coger ropa de más y dejarla en el coche al pasar.

En la salida mucha gente conocida: Alberto, Tinxo, Koldo, Los Juantxuces, Luis el hermano de Carlos... También estaban los buenos calentando, nosotros de eso no hacemos que desgasta, estirar sí.

Dejó de llover y ya nos sobraba todo,es la Ley de Murphy. Nos colocamos en la cola y tardamos como un minuto en cruzar la salida, ¡no había alfombra para leer el chip! medición chunga para los que no hemos estado listos para cruzar el arco.

Mi intención era intentar hacer 1:45 y bajar el 1:49:35 del año pasado, me fui solo a 5 minutos el kilómetro. Se me unió Tintxo y me dijo: “me han dicho que tu llevas el ritmo bueno, voy contigo” en el kilómetro siete, ya me había dejado atrás y se iba con otro grupo en alegre conversación, al final me metió más de un minuto. No me debería importar pero el martes de esa semana me mandó un correo porque aunque no había entrenado estaba pensando en correr la media y necesitaba consejos y ánimos. Debí ser muy convincente....

Respeté mi plan de carrera y fui según lo planeado, algunos segundos por encima, salió el sol y empezó a hacer calor húmedo, (este es el apartado de excusas). Yo a ese ritmo no voy cómodo, iba con el gancho pero aguantaba. Tenía intención de apretar al final pero no podía, a tres kilómetros de la meta decidí pactar conmigo mismo una mejora de marca pero renunciar al 1:45.

Justo antes de entrar en el estadio estaban mi mujer y mis hijas, este año no las esperaba y me hizo doble de ilusión, choque sus manos y saqué fuerzas para los últimos metros.

Paré el crono en 1:45:57, según la organización 1:46:35. Da igual. Diez minutos menos que la primera vez Carlos me dijo que me van a echar del club de los malos.

Besos salados, abrazos, sonrisas y sobre todo gente feliz. Correr nos hace felices y la carreras son pequeñas celebraciones en las que estamos especialmente contentos.Tras la ducha, brunch en familia con bufete libre, ahí si que batí marcas, todo sea por una buena recuperación. No me van a volver a dejar entrar en ese sitio.

Mi sobrino y mi hija pequeña me hicieron correr a la tarde un buen rato y no tuve problemas para seguirles, ese es el mejor termómetro del estado de forma y de la recuperación.

Me encuentro bien, nada más cruzar la meta vi que bajaban las pulsaciones y que estaba recuperando. Hoy no me duele nada aunque tengo una uña menos. Puesto que no vivo de esto de correr ese era el principal objetivo.

Gracias a todos por el ánimo y el interés.