El descanso del guerrero
lunes, mayo 30, 2011El caballero extendió la capa en el suelo, sobre ella depositó sus armas y compuso un rudimentario hatillo, lo cargó a la espalda y caminó colina arriba hasta el viejo roble. Era un árbol imponente de esos que dan sobra a las bestias e intimidad a los enamorados. Al llegar a él, se clavó de rodillas y comenzó, con la ayuda de su espada, a cavar un agujero ancho y profundo entre sus raíces. Cuando hubo terminado fue depositando en el fondo sus armas: la cota de malla, el casco, el escudo... Al coger la espada, se paró a contemplarla, era una gran espada, estaba algo mellada y tenía algunas muescas, la próxima vez habría que afilarla bien. La afilada daga, regalo de su padre, se la guardó en el cinturón. Con sus manos enterró despacio las armas y se incorporó con dolor.
La larga guerra y en especial la dura batalla le habían dejado heridas que tardarían en cicatrizar, esta vez había vencido, pero había dejado demasiadas cosas en el camino. Pensó en cuanto echaría de menos la vida de guerrero, las largas jornadas, el sudor, el miedo, el compromiso, los compañeros, el sonido de las espadas, el galopar de los caballos y esas sensación de poder y de libertad que dan las grandes hazañas. Aunque también se sentía cansado y herido, tenía la sensación de haber cumplido con su deber, pero necesitaba descanso. Era hora de volver a casa, de ver crecer a sus hijas, de refugiarse en los brazos de su señora, de galopar por los caminos, de ver volar a los halcones, de disfrutar de torneos y justas, de tañir el laúd y de cantar y contar viejas batallas.
Sabe que tarde o temprano tendrá que subir hasta el viejo roble, desenterrar el hatillo y volver a la batalla, pero ahora es tiempo de paz.
Con la merced de Mikel Zuza, Señor de Izagandoa
21 comentarios
y que dure la paz..
ResponderEliminarEl descanso también forma parte de la temporada.Para poder afrontar nuevos retos con ganas.
ResponderEliminarDescansa en paz, en el buen sentido de la palabra, que la guerra te espera ahí fuera... :)
ResponderEliminarQue disfrutes de esa paz, ya habrá tiempo de guerras.
ResponderEliminardescansa, que dicen que volverás con más energías. Aunque, claro, yo no soy un muy buen ejemplo...
ResponderEliminarEspero que no hayas cavado muy profundo que luego te costará más sacar las armas para la batalla;) Descansa
ResponderEliminarBien dicho. Disfruta del lecho y reponte para futuras galopadas, amigo.
ResponderEliminarBuena entrada Alex. Descansa, descansa, que volverás con las pilas cargadas.
ResponderEliminar...¿¿¿....???, paz y quietud...solo paz...solo quietud...no fastidies...no te machaques, pero haz algo...si no, dejaras de dormir, te cambiara el humor, te haras mayor, por lo menos cada 3 años seran como 6... o mas...jeje..es broma...recupera, no andes haciendo el tonto, los de siempre, estaran siempre ahi, los de aveces...pues tambien...nos vemos en asfalto, campeon!!!..
ResponderEliminardesansa, amigo, y deja bien marcado el lugar donde has enterrado tus armas de guerra.
ResponderEliminar...y que usted descanse bien...que se lo ha ganado
ResponderEliminarDescanso que sin duda se merece, amén.
ResponderEliminarMerecido descanso que el pasado ha sido muy duro.
ResponderEliminarRecobradas las fuerzas y cicatrizadas las heridas el caballero vuelve a por sus armas.
Bonito. Disfruta de ese merecido descanso, que sin duda te hará volver con más ganas.
ResponderEliminarUn saludo.
Reposo muy merecido para un caballero que domina tan bien el arte de la mezcla exacta entre el licor de enebro, la pócima elaborada por la dama del castillo de Campari y ese destilado tan agradable venido de las ciudades-estado italianas. Un tres en uno capaz de poner fuera de combate a los pelirrojos falsos y traidores... : )
ResponderEliminarSupongo que no habrás enterrado muy hondas las zapatillas, digo las armas... A descansar para volver con más fuerza.
ResponderEliminarTu di que si,que pase el calor y ya vendran nuevas batallas.Que descanses y recargues bien pilas que te lo has ganado.
ResponderEliminarQuizás no para la gran batalla, pero a pequeñas guerras no tardarás en acudir, se lleva en la sangre
ResponderEliminarO sea, que te vas a dedicar a comer y poco más. Ten cuidado de no convertirte en el Hombre-Bola o vendrán los X-men a buscarte.
ResponderEliminarPues eso, a descansar y disfrutar de esta etapa con tus tres "compañeras de piso". Un besote,
ResponderEliminarDescansa guerrero, pero ya sabes, no te alejes mucho del atillo de armas que la cabra simpre tira al monte
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