Don Pasquale

martes, diciembre 01, 2009




 Una entrada de las baratas y lejos


Lo mejor de la semana pasada no fueron los entrenamientos ni nada relacionado con correr o el deporte. El sábado fui a la ópera con mi hija mayor, solo tiene nueve años y aunque le gusta mucho la música, yo tenía alguna duda de que el espectáculo le fuese a gustar. Le encantó, le vi feliz.


Una de las cosas mejores que hay en esta vida es compartir con la gente que quieres lo que te gusta y sabes que es bueno: un libro, un disco, una comida, un vino, una ciudad, un paisaje, un restaurante ... Es lo mejor de ser padre, descubrir otra vez por los ojos tus hijos las cosas como si fuesen nuevas, sorprendiéndote, disfrutándolo. Hay una poesía que me gusta mucho de León Felipe, que dice:
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,
Muchas veces hacemos callo en el alma, y dejamos de sentir, de sorprendernos, los velos que nos ponen los años nos hacen analíticos, perdemos capacidad de sorpresa y disfrute.


para que nunca recemos
como el sacristán los rezos,
ni como el cómico viejo
digamos los versos.
Por lo menos tenemos que hacer el ejercicio de intentar ver las cosas como si fuesen nuevas, cada beso como el primero,




Sensibles a todo viento
 y bajo todos los cielos,
 poetas, nunca cantemos
la vida de un mismo pueblo
ni la flor de un solo huerto.
Que sean todos los pueblos
y todos los huertos nuestros.


No os penséis que soy un melómano que torturo a mis hijas con pesadas óperas, no tengo ni idea de ópera , pero a menudo me emociona. No sé cuando un tenor canta de garganta, ni qué es la coloratura, ni sé distinguir un compás, ni nada de eso, me gusta. Las  cosas buenas de la vida te gustan  y punto. El jamón y el sexo, por ejemplo, no hace falta saber mucha teoría para disfrutarlos.


Miren estaba encantada, supongo que en parte por estar los dos solos, el cariño es una cosa que se comparte mal. Unos tíos que hacen un teatro escrito hace un montón de años, cantando y en italiano, no suena moderno ni interactivo, pero le gustó. Atenta con los ojos muy abiertos y moviendo la cabeza al ritmo de la música, yo con la baba colgando.


Uno de esos ratos que te reconcilian con la vida y da sentido a las cosas, no sé si se acordará cuando sea mayor, eso da igual.

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3 comentarios

  1. Buen post Alex...alejado del asfalto, tiempos y sudor!

    Estoy contigo, la música es el ARTE...a mí me gusta desde Mozart (El Requiem es sublime), pasando por AC/DC, Paco de Lucía (falta valorarlo más)...En fin, la música te acompaña en todo momento. Intento contagiar a mi hija...de momento está tomando clases de guitarra!! Es fantástico compartirlo.

    Saludos, ya hablamos!

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  2. pufff. Creo que prefiero correr 10 km descalzo sobre ascuas que ir a la ópera o al ballet.

    Como dice mi madre... no está hecha la miel para la boca del asno.

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  3. Pues a mi me parece que muy bien. Hay que hacer cosas con los niños, que sepan que existen esas "otras" cosas, que se den cuenta que las nuevas músicas basadas en solo ritmo no dan lo mismo que la música clásica (y la ópera), que estas generan sensaciones especiales, que no solo es tener ganas de bailar. Luego le gustará la Hanna Montana, los Jonas y similares, pero al menos ya conoce qué es lo bueno.
    ¡Qué bien hacemos las cosas los padres (a veces)¡.

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