Me llamó la atención lo pequeña que era, una figura de poco más de medio metro. A veces las obras más famosas de la historia del arte cuando las ves por primera vez te sorprenden y te subyugan, otras veces, te decepcionan. Esta se quedo en tierra de nadie, en su casa actual tiene mucha competencia, puede que fuera por eso, pero en cada una de las siguientes visitas me fue enamorando un poco más, convirtiéndose en una de mis imprescindibles. 

No sé qué escribe "El escriba" escribe para otro, eso está claro, es su oficio. No sabemos si alguna vez este  alto funcionario de la V dinastía escribiría para sí mismo, imposible saberlo. Últimamente me ha dado por pensar en "El escriba del Louvre" en particular y por mi relación con el arte y la escritura en general. De ahí, he terminado pensando en este blog, en por qué empecé a escribir aquí y por qué dejé de hacerlo. 

Tengo más respuestas para la segunda pregunta que para la primera. Dejé de escribir por pereza, por cansancio, por falta de motivación y porque la comunidad social corredora aquello que llamábamos la blogosfera migramos a otros canales. Lo curioso es que nunca lo cerré, siempre esperé darle una muerte digna, pero eso también me costaba. Quizá en el fondo necesitaba mantenerlo, un poco como esos sitios que nos guardamos a modo de refugio para poder volver y estar a salvo.

Alguien hace poco me ha recomendado que vuelva a escribir, que lo haga para mí, de ahí el título de la entrada. Tengo la sensación que llevo bastante tiempo traccionando a una parte de mí mismo y que necesito escribirme sobre piedras viejas, corazones estropeados, libros o lo que me dé la gana. Podría comprarme un cuaderno y un lápiz o hacer sesudos hilos de Twitter, es cierto, pero eso no me apetece. Vuelvo aquí sin pretensiones y sin objetivo alguno. Si acaso, solo busco reencontrar algo de emoción y color en un tiempo gris.

Los escribas formados en el entorno de la familia real faraónica eran los responsables de inscribir, copiar y clasificar en el antiguo Egipto.  "El escriba sentado del Louvre" fue esculpido hace más de 4.000 años y conserva su policromía original. Es una obra de 53 cm (un codo egipcio) y fue encontrada en la necrópolis de Saqqara en 1850.