No solo de correr vive el hombre, por eso los sábados nado un rato. Siempre me ha gustado nadar, me gusta mojarme la cabeza y la sensación que deja el agua en la piel , me relaja. Siempre que veo un río, una playa o una piscina distinta, me imagino dándome un chapuzón en ese sitio.
Me he bañado en lugares rarísimos y a horas muy poco normales.
En el fondo, tengo la misma atracción hacia el agua que cuando era niño, me trae a la memoria una época donde había que hacer la digestión, sufrías "aguadillas" y salías arrugado del agua. No recuerdo cuando aprendí a nadar, nunca fui a un cursillo, supongo que me enseño mi padre.
Me gusta el agua, igual porque soy piscis o porque nací en el Mediterráneo como Serrat.
En realidad me gusta bañarme, bucear y flotar por placer, no me gusta la natación como ejercicio. Es un buen deporte y es fenomenal para los cuartos delanteros de este cuerpo de percherón que habito, pero me aburro.

Todos los sábados acompaño a mi hija pequeña a su clase de natación, la dejo es la piscina y mientras tanto nado. A veces me acompaña mi hija mayor y nada unos largos conmigo, jugamos un rato en el agua y vamos a por la peque. Les gusta mucho el agua, son sirenas.

Necesito medirlo todo, el tiempo, la distancia, las calorías perdidas, nadando es difícil. Puedes contar los largos y multiplicarlos, 2o largos por 50 metros, un kilómetro. El otro día descubrí que 50 metros me costaban un minuto, en 20 minutos nado 1000 metros a ritmo constante. Nadar más rato se me hace cuesta arriba. Tengo mal estilo y peor técnica, tengo más problemas con las piernas que con los brazos, lo mio es "a puro huevo".
Creo que es bueno, sano y mete un poco de variedad al entrenamiento. Es menos agresivo que correr y a los grandes Arquímedes nos echa una mano.