He vuelto al horario de trabajo de invierno y a las chaladuras de correr a la hora de comer, llego a casa corrido. El martes volví a la rutina con 10 kilómetros de primer plato y un sanwich de segundo, de postre un platano. Como ya todo el mundo me da por chalado he decido darle una vuelta de tuerca al tema, sino se acostumbran y se piensan que eres normal.

Esta semana el jueves me tenía que desplazar a trabajar a Alfaro (La Rioja) y me marqué 10 kilómetros con otro compañero chalado, maratoniano y de Alfaro. Me ofreció su casa para cambiarme y me enseño las bondades del Ebro.

El domingo también salí acompañado, corrí un rato junto a mi cuñado Koldo que ya va cogiendo la forma y que me va a acompañar a la San Juan de Luz - Fuenterrabía. Corrí 16 kilómetros como el anterior fin de semana pero mucho más despacio, a 6 minutos el kilómetro. Tiene su explicación, hicimos parte del recorrido cuesta arriba, subiendo el monte San Cristobal. No lo hacía desde el año pasado, me sentí muy cómodo y disfruté mucho.



El sábado, con una comida de por medio, quedé con mi cuñado Miguel "el cachotas" (la cosa va de cuñados) para preparar una buena rutina de abdominales y ejercicios para fortalecer los músculos y ganar fuerza. Es monitor de Pilates y sabe de estas cosas. Me ha hecho un plan personalizado para toda la semana, lo cambiaremos dentro de cuatro semanas, hoy he comenzado y he hecho triceps y pectorales. Como véis aquí no se improvisa nada y de momento las cosas van encajando. El peso no baja y sé que es importante cara a la maratón, pero espero mejoras de aquí a marzo.

En total 37 kilómetros semanales y buenas sensaciones.